¡La Persona más importante!
Imagina al Presidente, a un Cardenal o al Papa pidiéndote que separes una hora cada semana para pasarla con él.
Te sentirías como la persona más importante del mundo, te llenarías de alegría, se lo contarías a todos tus amigos, serías puntual al acudir a tu cita y no permitirías que nada se interpusiera en tu reunión con alguien tan importante.
¿Tratarás al Señor con menor dignidad?
Jesús te invita a pasar una hora semanal en su Presencia Eucarística,
Él te pregunta:
¿Soy suficientemente importante para ti?
¿Me dejarás esperándote?
Te sentirías como la persona más importante del mundo, te llenarías de alegría, se lo contarías a todos tus amigos, serías puntual al acudir a tu cita y no permitirías que nada se interpusiera en tu reunión con alguien tan importante.
¿Tratarás al Señor con menor dignidad?
Jesús te invita a pasar una hora semanal en su Presencia Eucarística,
Él te pregunta:
¿Soy suficientemente importante para ti?
¿Me dejarás esperándote?
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