Rey de Amor
La adoración perpetua es la alabanza por todo lo que Jesús hizo por nuestra salvación.
El viernes santo es el precio que pagó al instituir la Eucaristía la noche anterior.
Primero el banquete, después la cuenta.
La Eucaristía es Jesús, Rey de Amor.
Por medio de la adoración perpetua lo proclamamos Rey dándole el honor que realmente merece.
Los sacamos de la cruz de la vergüenza y remplazamos la corona de espinas con un trono de gloria rodeándolo de amor día y noche.
Y tú, ¿ya hiciste parte de lo que te corresponde apartando una hora semanal para adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento?
El Rey de Amor te espera y tiene reservado un tesoro de gracias para ti.
El viernes santo es el precio que pagó al instituir la Eucaristía la noche anterior.
Primero el banquete, después la cuenta.
La Eucaristía es Jesús, Rey de Amor.
Por medio de la adoración perpetua lo proclamamos Rey dándole el honor que realmente merece.
Los sacamos de la cruz de la vergüenza y remplazamos la corona de espinas con un trono de gloria rodeándolo de amor día y noche.
Y tú, ¿ya hiciste parte de lo que te corresponde apartando una hora semanal para adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento?
El Rey de Amor te espera y tiene reservado un tesoro de gracias para ti.
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